Notas de una crisis de anhelos
- Amairani Martin
- 1 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 jul 2020

1.
Ha de ser bonito vivir como se vivía antes, con rutinas casi inamovibles. Quizá no para siempre, pero sí saber disfrutar de los dones de las rutinas, de despertar cada día al amanecer, ir al campo, hacer trabajo con las manos y al aire libre, sentir la tierra y volverse tierra por un rato. Regresar a casa a comer en familia y sin prisas, después hacer una siesta o sentarse a conversar y no anhelar nada más que eso que se tiene. Seguramente no es tan romántico como me lo imagino, pero ha de tener su encanto. Porque la rutina tiene su encanto, por eso recurrimos a ella, por eso repetimos ciertas cosas de lunes a viernes. Da paz la rutina, conforta y permite creatividad. (Notas en el celular).
2.
Hay noches raras en las que solo quiero ir a esconderme bajo tus brazos. Me aturde la vida, me pone nerviosa afrontar cara a cara la realidad. Por eso casi siempre prefiero estar guardadita en mi mundo, crearlo sin tantas preocupaciones. No tener que pensar en deudas y en enfermedad, ni siquiera en metas o en emprendimientos. Quiero no anhelar nada. Me canso de solo pensar en los anhelos. Quisiera en cambio no desear más que una cama suave para dormir, comida y vestido para cada día y libertad para dedicarme a lo que me haga feliz. Y ya como mucho pedir, anhelar el cobijo de tus brazos. Quisiera solo desear días tranquilos, con tiempo para una siesta y para la imaginación y quizá también para la lectura, la música y el diálogo. Tiempo para contemplar las cosas mágicas que me rodean, para caminar en pastos verdes, para respirar el aire de un verano, para sentir lo que guarda mi pecho, para mirar ojos y bocas, para pensar en lo que está olvidado. (Fragmento de carta no enviada).
3.
El domingo visitamos a mi abuela Chuchi. Fue bonito estar con ella y escuchar sus anécdotas del pueblo. (También fue bonito sentarme sobre el pasto, sentir el aire y los últimos rayitos del sol). En el almuerzo nos contó de las inundaciones en el pueblo, de gente que perdió todo, de escasez, de pobreza, de necesidad. Me quedé pensando en todo eso y decidí agregar a mi nueva breve lista de anhelos el de tener tiempo y sabiduría para salir al paso de quien necesite una ayuda, porque son muchos los desamparados en el mundo real. (Notas en mi diario).
Canción de la semana: "Soledad y el Mar" https://open.spotify.com/track/1Xtz05nIgJiEYdncfd1w8h?si=ZVWpRGveSZyalFsyEvTzWw
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