Cielos de Cancún...
- Amairani Martín
- 6 ene 2017
- 2 Min. de lectura

Los mejores cielos se ven en Cancún. De pronto te asomas por la ventana o sales a tu balcón y miras el cielo cálido, inmenso. Las nubes se han puesto oscuras, y una franja naranja brillante separa esas enormes nubes de la tierra. Puedes ver los autos moverse a lo lejos. El sonido del viento cubre de calma el atardecer, las luces rojas, azules, amarillas, pequeñitas todas, a lo lejos decoran cual arbolito navideño la vista de la ciudad.
Te das cuenta de que pocas veces te detienes a contemplar esos paisajes. Descubres la belleza del cielo de tu ciudad; no hay montañas, nada, ni un sólo cerro que interfiera entre tus ojos y el cielo. Entonces caes en la cuenta de que así como nada hay que tape tu vista, nada hay tampoco que te separe de quien amas.
Son esos momentos en los que uno se pregunta los porqués de las cosas. Te preguntas por qué “terminó” la relación, -¿por qué si todavía nos queremos?- dice tu voz interna. Piensas un poco y te das cuenta de que las relaciones no son fáciles de mantener, requieren dedicación, paciencia, a veces sacrificios, -el problema es que no nos damos cuenta de eso- te dices. Recuerdas las palabras que alguna vez leíste o escuchaste en alguna parte o quizá las inventaste: El amor duele, el verdadero amor aprieta muy fuerte el corazón. Y así, mirando aquel horizonte y mirando tu interior descubres que amar no es fácil. Las luces y el ruido de la ciudad a lo lejos te calma por dentro... y descubres que nada hay que te separe de quien amas.
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